El estilo del
marketing guerrillero: Sustancia del mensaje con estilo y no puro
estilo sin sustancia
Nuestra responsabilidad como "guerrilleros del márketing,"
reside principalmente en MANTENER SIEMPRE EN ASCENSO LA CURVA
DE VENTAS, LA CURVA DE SATISFACCION Y FIDELIDAD DE CLIENTES, Y
LA CURVA DE UTILIDADES DE LA EMPRESA.
Nuestra responsabilidad
no reside en ser creativos por la creatividad misma; tampoco reside
en dar más de lo que podemos recibir, ni menos de lo que tenemos
que dar para recibir lo que queremos. En nuestras comunicaciones,
estilo y substancia son elementos, inseparables; pero jamás podemos
privilegiar estilo en detrimento de la substancia capaz de generar
mayores ingresos en ventas y fidelización de clientes.
De igual forma,
mal podemos privilegiar substancia en detrimento del estilo en
ese momento necesario.
Nuestra responsabilidad,
en fin, es la de ser criteriosos y siempre comprometidos, pragmáticamente,
con lograr que nuestra empresa sea cada vez más sólida, competitiva
y rentable.
Tenemos que
cuidarnos de la creatividad por la creatividad misma, o del entretenimiento
por el entretenimiento mismo, o de las dádivas por las dádivas
mismas. La ecuación tiene que ser, siempre, "creatividad,
y/o entretenimiento y/o dádivas (o promociones)=mayores utilidades,
mayor solidez, mayor fidelidad de clientes."
Los mismo
con nuestros despliegues de esfuerzos y energÃas. O con nuestras
decisiones sobre gastos o actividades a realizar. Siempre tenemos
que maximizar los retornos de lo que gastamos, invertimos o destinamos
al desarrollo de cualquier actividad. Las consideraciones de costo-beneficio
tienen que estar siempre presente y siempre tienen que ser la
piedra de toque de nuestras decisiones.
Esto del gasto,
es una ampliación lógica al tema del estilo y la substancia. Con
gastos (o inversiones) es que imprimimos estilo a nuestros mensajes,
a los entretenimientos que ponemos a disposición de nuestros clientes,
a los premios y/o regalos (o dádivas) con las que promocionamos
nuestros productos y servicios.
La
substancia,
en cambio, es tal vez lo más próximo a los retornos mismos. La
substancia es el mensaje concreto y único de venta.
En función
de esta substancia es que tenemos que colocar nuestros estilos,
nuestros gastos, nuestros entretenimientos, nuestras inversiones,
nuestras promociones, en fin, todos los medios viables a nuestro
alcance.
La decisión
concreta y final entre estilo y substancia, como entre gastar
o no gastar, no es tan fácil. ¡Hay que encontrarla! En fin, dado
este tipo de relaciones entre lo principal y lo accesorio, ¡pongamos
siempre nuestro dinero más en la substancia que en la forma, más
en el mensaje que en el estilo; pero sin que ese mensaje se pierda
o pase inadvertido o no arroje las utilidades esperadas y deseables,
por falta de forma o por falta de estilo!